martes, 10 de mayo de 2016

¡Cómo hacer frente a la adversidad!

 
5  de Mayo

¡Como la luz del sol!

Por Riqui Ricón*

Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza (Jue 5. 31a).

La Biblia, las Palabras que han salido de la boca de Dios y no mienten, dicen claramente que tú, porque amas a Dios, eres como el sol cuando sale en su fuerza. Esto significa que, sin importar las circunstancias o aflicciones que estés enfrentando el día de hoy, estás destinado(a) a vivir una vida plena llena de fortaleza y vigor, con gozo y alegría como el sol en su esplendor.

Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios  (1 P 1.23 NTV).

No estás ni tirado(a), ni abandonado(a), ni a la deriva; como si estuvieras atado(a) a las azarosas casualidades de esta vida incierta. ¡No! ¡Nada de eso! Tú eres un(a) Hijo(a) del Rey de reyes y Señor de Señores. Has sido creado(a) de Nuevo como espíritu incorruptible a través de la Sangre de Cristo Jesús, nuestro Señor y Salvador.

Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él  (1 Jn 3.1 NTV).

Es el Amor del Padre quien te ha establecido, ahora, como Hijo(a) Suyo(a) y te ha señalado con propósito y destino en la vida.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8. 28).

Es más, por ese Amor que existe entre tú y Dios, Él ha comprometido Su Palabra en que todas las cosas, las buenas y, especialmente, las que parecen malas, Él, Dios Todopoderoso, tu Padre, las volverá en un bien para ti, pues Tú has sido llamado(a) por Él, conforme a Su propósito.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

El propósito de Dios para tu vida no puede ser más que bueno, agradable y perfecto. El propósito de Dios para tu vida es que brilles con la fuerza del sol, que seas cabeza y no cola, que estés arriba y nunca más abajo.

El Señor te pondrá en el primer lugar, y no en el último; siempre estarás por encima de los demás, y nunca por debajo, con tal de que atiendas a los mandamientos del Señor tu Dios, que yo te ordeno hoy, y los pongas en práctica (Deu 28.13 DHH).

Es claro en la Biblia que el propósito de Dios para tu vida es que como Hijo(a) del Dios Altísimo seas próspero(a), tengas salud y vivas una vida plena de amor, gozo y paz.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).

Así que, no permitas, de ninguna manera, que las aflicciones de la vida te desconcierten y te aflijan, pues lo único que pretenden es robarte tu identidad como Hijo(a) de Dios. Satanás, como un león rugiente, quiere llenar tu corazón con miedo en lugar de fe para que pierdas la fuerza de tu esplendor. ¡No se lo permitas!

En lugar de eso, dile a tu alma, dile a tus emociones, pensamientos y sentimientos: Marcha, oh alma mía, con poder (Jue 5. 21b).

¡Tú eres como la luz del sol en su fuerza! Absolutamente todo lo que está sucediendo en tu vida se cambiará, de acuerdo a la Palabra de Dios, en un bien mayor, en algo que en lugar de hundirte te ayude y te proyecte a mejores cosas.

Así ha sido el testimonio de millones de creyentes y tú no serás la excepción.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8. 14-15).

Ahora, gracias al Gran Amor con que Dios te Ama y al sacrificio de Jesús, quien pago todos tus pecados en esa cruz, el Espíritu Santo da testimonio  a tu espíritu que eres Hijo(a) de Dios.

Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2).

¡Ya no estás más en esclavitud para vivir con miedo y temor, pues la ley del espíritu de Vida en Cristo Jesús te ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte!

Tienes todo el derecho y la libertad para tener comunión con Dios llamándole Abba, Padre, Papá, Papito.

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).

Es este tu Padre amoroso quien te asegura que aún los problemas en casa, con tu familia, Él los resolverá de forma que sea un bien mayor para todos.

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa (Hch 16.31).

¡Si puedes creerle a Dios! ¡Al que cree todo le es posible!

La victoria que vence al mundo y a todo problema, enfermedad y situación adversa es tu fe; creerle a Dios; creerle a Su Palabra estando convencidos que si Él lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir; si Él lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8. 31-32).

¡Gracias, Señor Jesús, puedo confiar en Tu Palabra! ¡Tu Palabra me ha hecho verdaderamente libre!

Vosotros sois la luz del mundo;  una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,  y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mat 5. 14-16).

Así es, amado(a), tú eres la luz del mundo, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y has sido dejado(a) en este mundo, por tu Padre, con el propósito de que brilles y que con tu vida des luz a todos aquellos que aún viven en tinieblas; para que ilumines a aquellos que viven llenos de temor y angustia, sin saber quiénes son, ni por qué están en esta vida, a aquellos que viven sin Dios y sin esperanza.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2.9-10).

Lo asombroso de la Palabra de Dios es que es la Verdad y tiene el poder en sí misma para capacitarte y habilitarte en ser lo que Dios dice que eres. Así que,  no importa si te sientes capaz o no de ser luz y anunciar las virtudes de Dios; Él dice que eres luz y que debes anunciar Sus virtudes, entonces así es. Es Palabra de Dios y esa es la Verdad; eres la luz de este mundo, eres como el sol que sale en su fuerza.

Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe (1 P 5.8-9a NVI).

Lo que realmente importa es que dejes de prestar atención al diablo y sus mentiras con las que pretende anular tu fe, pues te aseguro que si has llegado hasta aquí en esta lectura, entonces tú eres un(a) creyente. Tú le crees a Dios. Tú crees la Palabra de Dios. Y al que le cree a Dios, ¡TODO le es posible!

Y muchas veces el espíritu lo arroja al fuego o al agua, para matarlo. Si puedes, ayúdanos. ¡Ten compasión de nosotros! Dijo Jesús: ¿Cómo "si puedes"? Para el que cree, todo es posible (Mar 9.22-23 CST).

Oremos en voz audible:

Amado padre celestial, hoy estoy determinado(a) a creerte, mi Señor. Creer a Tu Palabra, la Biblia, y aceptar y recibir mi identidad como Hijo(a) Tuyo(a) Nacido(a) de Nuevo. Soy la luz de este mundo y estoy dispuesto a brillar con Tu Amor que ya ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu Santo que me ha sido dado. ¡Gracias! Todo lo puedo en Ti, Cristo Jesús. Tú eres mi fortaleza. Resisto, en Tu nombre Jesús, al espíritu de temor, a la enfermedad, a la pobreza, el resentimiento, el odio y todo aquello con lo que el ladrón me quiere hurtar, matar y destruir. Recibo y declaro una vida abundante llena de Tu Plenitud. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy como la luz del sol cuando sale en su fuerza! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Mayo         5           Hch 16. 16-40  /  Jue 4-5  /  Job 35

 


 

 

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