31 de Enero
¡Levántate y ora!
Por Riqui Ricón*
Cuando
se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa
de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad
para que no entréis en tentación (Luc 22.45-46).
Ya sea con tristeza, desilusión,
temor, angustia, resentimiento, soledad, depresión enfermedad, pobreza o cualquier
tipo de aflicción, Satanás pretende, con todos sus recursos, mantenerte dormido(a),
en una especie de sopor o letargo espiritual, con el propósito de evitar, a
toda costa, que despiertes y te des cuenta quién ahora tú eres en Cristo Jesús.
¿Por qué no entendéis mi
lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de
vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por
qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios
oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios (Jn
8.43-47).
De acuerdo a la Biblia, que es la
Palabra de Honor de Dios, quien no miente, la buena noticia es que Satanás es
mentiroso, padre de mentira y no hay verdad en él, por lo tanto, ninguno de los
recursos que esté utilizando en tu contra son realmente verdad.
La mejor noticia es que Jesús
sólo habla la Verdad y, en consecuencia, puedes poner toda tu confianza en Su
Palabra.
La excelente noticia es que tú,
mi amado(a), eres de Dios, comprado(a) por Amor al precio de la Sangre de Su
Hijo Jesucristo, para ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y,
sin lugar a dudas, tú escuchas la voz de tu Padre y Su Palabra tiene un lugar
en tu nuevo corazón.
Así que, ¡no te dejes engañar! Siempre
que te sientas triste, angustiado(a), temeroso(a), deprimido(a), solo(a) o
simplemente preocupado(a), debes hacerte un par de preguntas, ¿de dónde vienen
estos sentimientos y emociones que rigen mi estado de ánimo y llegan afectar mi
relación con Dios y los demás? ¿Qué voz estoy escuchando en estos momentos?
Así es, debes hacerte esas
preguntas recordando que la voz de tu Padre SIEMPRE te dirá lo importante,
capaz y valioso(a) que ahora tú eres. La voz del Padre te da identidad, NUNCA
te la quita. Siempre le escucharás decirte, Hijo(a)
mío(a), Yo he decretado en mi Palabra que tú TODO lo puedes en Cristo Jesús que
te fortalece; que tú eres mío(a) y ya has vencido porque mayor Soy Yo, que
estoy en ti y contigo, que el que está en el mundo; que en TODAS las cosas eres
más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, mi Hijo, Cristo Jesús.
El pasaje inicial de este
devocional, donde Jesús encuentra a sus discípulos durmiendo mientras Él oraba,
nos destaca la importancia de orar. Y esto es verdad, es de vital trascendencia
orar sin desmayar, PERO, ¿cómo orar cuando estás cargado(a) de tristeza, miedo
y ansiedad? A lo mucho podrás clamar desesperadamente ¡ayúdame Señor! Lo
hermoso es que Él SIEMPRE te va a responder porque Él es fiel y no faltará
JAMÁS a Su Palabra.
En
ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia.
Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para
salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me
encaminarás (Sal 31.1-3).
La verdadera enseñanza acerca de
la oración es que, si confías en Dios, si le crees a Su Palabra, no serás
confundido(a) jamás; Él será tu roca y tu castillo; por Su Nombre te guiará
y te encaminará.
Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Por lo tanto, antes de orar tienes
que creer, creerle a Él, creerle a Su Palabra, la Biblia, para llegar delante
de Su Presencia con toda certeza y plena confianza.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, a Ti nada
te es oculto pues Tu Palabra, la Biblia, dice que aún no están las palabras en
mi boca y Tú ya las conoces todas; así que, vengo en el nombre de Tu Hijo
Jesucristo a declarar mi victoria sobre todo problema y circunstancia. Tú has establecido
que a los que te amamos TODAS LAS COSAS les ayudan a bien y yo lo creo. Por eso
declaro que estos problemas que hoy estoy viviendo, tarde que temprano, se
volverán en un bien para mi vida, en el nombre de Jesús. Gracias Señor, porque
no hay forma en que yo vaya a perder, pues esta es la victoria que ha vencido
al mundo, mi fe. Mi fe en Ti, Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre
porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan
grande amor y me has hecho Tu Hijo(a). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor
Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más
que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy
dichoso(a) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús.
Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi
sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor,
la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
31 Luc 22.39-71
/
Gen 40 / Sal 31
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