Translate

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¡Cómo saber que Dios responderá a tus oraciones!

 
4 de Noviembre

¡El mejor Padre del mundo!

Por Riqui Ricón*

A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió (Sal.120.1).

No existe nada mejor en este mundo que saber que en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia, siempre puedes contar con el apoyo y la ayuda de tu Padre celestial.

¡No estás solo(a)! ¡Él no te ha dejado ni te dejará jamás! Te lo ha prometido y lo ha puesto por escrito al darte Su Palabra:

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33.3).

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).

¿Te das cuenta? La Voluntad de Dios es ayudarte. Su deseo es que le pidas para Él responderte y darte todas las cosas.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Él te ama tanto que entregó a Su propio Hijo para pagar todos tus pecados y, así, no perderte a ti.

Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos (He 4.16 NTV).

Por lo que Jesús hizo en la cruz, puedes acercarte confiadamente al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí (Jer 3.19).

Dios estableció en Su Palabra, la Biblia, que tú le llamarías, Padre mío y que ya no te apartarías más de Él. Dios lo dijo con Su boca y lo ejecutó con Su Poder, pues ahora, en Cristo Jesús, tú has sido constituido(a) Hijo(a) del Dios Altísimo y Él siempre estará disponible para ti.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.3-5).

Pon mucha atención porque en Cristo Jesús, tú ya has sido bendecido(a) con toda bendición espiritual. No es que serás bendecido(a) algún día o bajo determinadas circunstancias, sino que YA ERES bendecido(a) por Dios.

De igual forma, tú has sido escogido(a) por Dios antes de la fundación del mundo PARA que seas santo(a) y sin mancha por medio de Jesucristo. ¿Te lo puedes imaginar? ¡Claro! ¡Él es Dios! Y no hay nada imposible para Dios.

Él siempre lo planeó así y ni Satanás, ni sus demonios, ni la muerte, ni el pecado pudieron evitar que Él te llamara Hijo(a) Suyo(a) desde antes de la fundación del mundo.

¡Todo por Amor a ti!

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Cor 5.21).

Quizás no lo sabías, pero cuando aceptaste a Jesús como Señor y Salvador, TODOS tus pecados fueron pagados, por lo que fuiste declarado(a) justo(a) delante de Dios y, en ese momento, fuiste apartado(a), santificado(a), para recibir la Vida Eterna, y fue entonces que, al recibir esa Nueva Naturaleza que sólo la Palabra de Dios puede otorgar, Naciste de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.

Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios  (1 Jn 3.1 PDT).

Ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo no es una mera frase con tintes religiosos. ¡Es la Verdad! De hecho, este fue el propósito por el cual Jesucristo vino a la tierra, para justificarte, limpiándote de todos tus pecados y darte la Vida Eterna para, así, poder hacer de ti ese(a) Hijo(a) que Él siempre soñó.

Cristo Jesús es lo mejor que te pudo haber sucedido en este mundo.

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).

Si esto sucede con los padres terrenales, cuanto más y mejor sucederá contigo ya que, ¡Tú eres Hijo(a) del mejor de los Padres!

Así que, si te das cuenta, sin importar como se encuentre hoy tu vida, puedes vivir una Vida Plena y Abundante. ¡Puedes clamar a Dios y Él te ha de responder! Puedes hacer frente a cualquier circunstancia sabiendo que Dios, tu Padre, el Todopoderoso, está contigo. Y si Dios es contigo, ¿quién contra ti?

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, entre más leo y medito en Tu Palabra más me doy cuenta de la Verdad; me doy cuenta que me amas tanto que no sé ni cómo expresarlo. Gracias, precioso Dios, con la Sangre de Tu Hijo Jesús me has hecho Hijo(a) Tuyo(a). Ya no soy más un(a) pecador(a) condenado(a) a la muerte eterna sino que por Ti, por Jesús, por Tu Amor, ahora tengo Vida Eterna y la puedo vivir en paz, en gozo, en dicha, pues aunque en el mundo tendré aflicciones puedo confiar plenamente en Tu Palabra y de todas las aflicciones saldré victorioso(a). Te pido perdón por haber dado lugar al temor y a la duda respecto a mi futuro y declaro que yo soy ese(a) Hijo(a) de Dios que Tú dices en Tu Palabra que yo soy: justo(a), santo(a), SANO(A), prospero(a), dichoso(a), lleno(a) de paz y de amor. Yo no he recibido espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el espíritu de adopción por el cual clamo, ¡Abba, Padre! Por lo tanto, me despojo de todo temor y del pecado que me asedia, y voy a correr con paciencia, y constancia, la carrera que tengo por delante. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy hacer de mi vida esa vida plena y abundante que planeaste para mí, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo. Creo y declaro que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 4                                      1 Tim 5.23-6.21  /  Jer 3-4  /  Sal 120

 

 

 

martes, 4 de noviembre de 2014

¿Qué necesitas para salir adelante?

 
3 de Noviembre

¡Basta una Palabra del Señor!

Por Riqui Ricón*

Mira mi aflicción, y líbrame, Porque de tu ley no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra. Lejos está de los impíos la salvación, Porque no buscan tus estatutos. Muchas son tus misericordias, oh Jehová; Vivifícame conforme a tus juicios… Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos; Vivifícame conforme a tu misericordia. La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo juicio de tu justicia (Sal 119.153-156, 159-160).

A nosotros los creyentes, los que hemos hecho a Jesús el Señor y Salvador de nuestras vidas y que por lo tanto hemos Nacido de Nuevo como Hijos de Dios, no nos cabe la menor duda que la Biblia es la Palabra de Dios y es la Verdad.

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado (Isa 26.3).

Aún en medio de problemas y aflicciones tú puedes tener dicha y paz pues conoces la Verdad y sabes que en todas las cosas eres más que vencedor(a), pues Dios lo ha establecido así en Su Palabra.

Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte (Jer 1.19).

¡Tienes la Victoria asegurada! Sólo tienes que perseverar en hacer de la Palabra de Dios la norma máxima de tu Vida, poniéndola en tu mente, boca y corazón.

Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat 14.28-31).

En aquella noche que Jesús caminó sobre las aguas y sus discípulos, amedrentados, pensaban que veían un fantasma, Él les animo diciéndoles no tengan miedo, soy yo; sin embargo Pedro dijo, si eres Tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y Jesús le contestó, ven. Eso era todo lo que Pedro necesitaba, UNA PALABRA de Jesús y entonces, él comenzó a caminar sobre las aguas.

De la misma forma tú, como Pedro, solo necesitas CREERLE a Dios. El problema surge cuando el fuerte viento, los problemas, la enfermedad o cualquier aflicción pueden convencerte que en esta ocasión ellos son mayores que la Palabra y te infunden temor. El temor produce duda y la duda apaga tu fe.

Mientras él todavía hablaba con ella, llegó un mensajero de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga y le dijo: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro». Pero, cuando Jesús oyó lo que había sucedido, le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Sólo ten fe, y ella será sanada» (Luc 8.49-50 NTV).

Cuando a Jairo llegaron avisarle que su hija había muerto y ya no había más esperanza, Jesús contuvo al espíritu de temor y duda al declarar: ¡Jairo, no temas cree solamente!

Es la Palabra de Dios la que te vivifica, la que te da vida para no temer y salir victorioso(a) en medio de las más terribles circunstancias. Es por esto que el salmista oraba: Mira mi aflicción, y líbrame, Porque de tu ley no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme; Vivifícame con tu palabra.

La Verdad es que Dios no miente, y confiar en Él no es difícil, pues si Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir; si Dios lo habló, entonces Él lo va a ejecutar.

Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación, conforme a tu dicho. Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he confiado (Sal 119.41-42).

¡Jamás serás avergonzado(a) de haber puesto toda tu confianza en la Palabra de Honor de Dios, tu Padre!

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).

Así que, si Dios dice en Su Palabra que todo lo puedes en Cristo, entonces, ¡todo lo puedes en Cristo que te fortalece!

Si Dios dice en Su Palabra que ciertamente Él llevó tus enfermedades y sufrió tus dolores y que por Sus heridas ya fuiste sanado(a), entonces, ¡ciertamente Él llevó tus enfermedades y sufrió tus dolores y por Sus heridas TÚ YA FUISTE SANADO(A)!

Así de simple es la fe, como un grano de mostaza. Dichoso, bienaventurado, mil veces feliz, el hombre o la mujer que confía en Dios, pues aunque andes en valle de sombra y de muerte, no temerás mal alguno, pues Jesús, tu Rey y Salvador, está contigo.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Es por todo esto que tú necesitas urgentemente hacer de la Biblia la norma máxima de tu existencia. Leyéndola y meditándola todos los días de tu vida, pues entonces, y sólo entonces (ni antes, ni después, ni de ningún otra forma), harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, yo en Ti confío. Sé que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad y por lo tanto la creo y la guardo como la norma máxima de mi vida. Sé que me irá bien y haré prosperar mi camino. Y aunque hoy esté enfrentando problemas y aflicciones, yo declaró en Tu nombre Jesucristo que saldré adelante en libertad y victoria, en salud y prosperidad pues escrito está acerca de mí que en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús. Resisto y hecho fuera de mi vida toda enfermedad, pobreza, tristeza, depresión, soledad, temor y angustia. Cubro todo mi ser, espíritu, alma y cuerpo, con la Sangre de Jesús y llamo y recibo toda la salud, amor, paz y gozo que Tú, Jesucristo, compraste para mí al morir en la cruz. Creo y declaro que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Todo Gracias a Ti, Señor Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 3                                        1 Tim 5.1-22  /  Jer 1.-2 /  Sal 119.145-176

 

 

 

domingo, 2 de noviembre de 2014

¿Qué requieres para ser un(a) Hijo(a) de Dios?

 
2 de Noviembre

¡Perdón de pecados y vida eterna!

Por Riqui Ricón*

He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados (Isa 38.17).

Que hermoso es saber, sin duda alguna, que Dios, el Todopoderoso, te ama. Que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Así es, amado(a), en Cristo Jesús fue satisfecha la Justicia de Dios y fuiste librado(a) del hoyo de corrupción (la muerte) pues Dios echó tras Sus espaldas TODOS tus pecados.

porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.34b).

Dos aspectos poderosos y sublimes del Amor de Dios para contigo son:

1.    Jesús te ha hecho libre del poder que la muerte tenía sobre ti, pues ahora tienes Vida Eterna:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16).

 

2.    Dios no está interesado en tus pecados sino en ti, por eso, está más que dispuesto a perdonar y OLVIDAR TODAS tus ofensas.

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá.  No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.  Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.  Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34).

La Vida Eterna es el valor agregado al verdadero regalo que Dios te hace y que recibes en el preciso momento de poner tu fe en Jesús como tu Señor y Salvador. De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, el Plan de Redención, la muerte y resurrección de Jesucristo, tiene el propósito exclusivo de hacer de ti un(a) genuino(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios.

Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios (1 P 1.23 NTV).

El Nuevo Pacto se establece cuando aceptas y reconoces a Jesús como Señor y Salvador de tu vida. Es Su Sangre la señal de este Nuevo Pacto que está establecido sobre mejores promesas, pues, como ya te he dicho, su propósito es mucho mayor que el simple perdón de pecados y la entrada al cielo: Su propósito es darte Vida Eterna para hacerte Su propio(a) Hijo(a).

Antes de la creación del mundo, Dios decidió adoptarnos como hijos suyos a través de Jesucristo. Eso era lo que él tenía planeado y le dio gusto hacerlo (Efe 1.5 PDT).

Como Dios te predestino para ser adoptado(a) Hijo(a) Suyo según el puro afecto de Su voluntad, entonces el PERDÓN DE TODOS tus pecados es un mero requisito y la VIDA ETERNA una consecuencia de ser hecho(a), por la Palabra de Dios, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Teniendo todo esto en consideración, vale la pena reflexionar que, SI siendo como era el pueblo de Israel el rey Ezequías fue librado de morir a consecuencia de una penosa enfermedad cuando oró a Dios, entonces, ¿cuánto más, no hará Dios por uno(a) de Sus Hijos(as) como tú?

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).

Sin importar cuál sea tu situación, enfermedad o aflicción, ni siquiera importa si has caído en pecado o te has alejado de Dios, Él jamás dejará de amarte y de atender tu oración.

»Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta. »Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar? O, si les piden un pescado, ¿les dan una serpiente? ¡Claro que no! Así que, si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan (Mat 7.7-11 NTV).

Si puedes creer la Palabra de Dios, pues al que le cree a Dios TODAS las cosas le son posibles.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en verdad que no hay nada tan hermoso como saberme y sentirme tan amado(a) por Ti. Muchas gracias, porque a ti no te importó lo que había hecho de mi vida sino que te importó más mi persona que mis acciones. No conozco palabras suficientes para expresarte lo que siento yo por Ti, mi Dios. Jesús, Tú eres mi Rey y Señor Salvador, la Vida Nueva, plena y abundante que ahora disfruto te la debo a Ti. ¡Gracias por la cruz! ¡Gracias por Tu Sangre! ¡Gracias por tu resurrección! ¡Gracias por Tu Victoria sobre la muerte! ¡Gracias por Tu Amor! Me propongo con Tu ayuda, Espíritu Santo, a realizar esta vida de dicha, paz y libertad. Sé que en el mundo tendré aflicciones, pero puedo confiar plenamente en tu Palabra, ¡Tú has Vencido al mundo! Así que, voy a resistir al diablo y sus mentiras como el temor, la duda, la enfermedad y la pobreza. En el nombre de Jesús yo soy lo que la Biblia dice que soy y no otra cosa: un(a) amado(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo quien todo lo puede en Cristo. En todas las cosas soy más que vencedor(a). ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En medio de cualquier problema, angustia o enfermedad, tengo la paz que sobrepasa todo entendimiento, pues puedo ser feliz en medio de la aflicción ya que, sé que sé, que, como dices Tú, mi Dios y Padre, en Tu Palabra, TODAS las cosas me ayudan a bien. En el nombre de Jesús. ¡Amén!

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 2                                      1 Tim 4  /  Isa 38-39/ Sal 119.121-144