domingo, 31 de octubre de 2021

¡Cómo recibir todo el bien que Dios ha hecho contigo!

                                                                                                                                                                                                                                                                                             <ENGLISH>




 31 Octubre  

¡Cómo recibir todo el bien que Dios ha hecho contigo!

 

¡Solo tienes que creerlo! ¡Escrito está!

Por Riqui Ricón*

Bien has hecho con tu siervo, Oh Jehová, conforme a tu palabra (Sal 119.65).

Entre más leas la Biblia más te maravillarás del Amor que el Todopoderoso Dios tiene para contigo, pues, como si fuera poco el haberte rescatado a precio de la Vida de Su propio Hijo, Jesús, además ha puesto por escrito Su Voluntad, y esto para hacerte bien y no mal.

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza (Jer 29.11 NTV).

En Verdad que no comprendo las palabras de aquellos que predican a un Dios de juicio y venganza; un Dios que sólo está pendiente de tus errores para corregirte y enseñarte el camino de la santidad mediante las terribles e inevitables consecuencias de tus pecados.

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo (1 Tim 2.3-6).

La voluntad de Dios es que TODOS los hombres alcancen la plenitud de Vida por medio del conocimiento de la Verdad. Y esto solo es posible a través del sacrificio de Amor que Jesús realizó por TODOS nosotros al dar Su Vida como el pago del rescate nuestro. Él pagó con Su sangre y con Su Vida todas esas terribles e inevitables consecuencias de tus pecados.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

¡Dios te Ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efe 2.4-5).

Esta salvación (plenitud) tan grande no es algo que puedas alcanzar por méritos propios, por lo que es necesario que estés dispuesto(a) a transformarte mediante la renovación de tu entendimiento y puedas COMPROBAR que la voluntad del Señor para tu vida es buena, agradable y perfecta.

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta  (Ro 12.2 NTV).

En otras palabras, cambia tu forma de pensar respecto a Dios. ¡Dios es bueno y para siempre es Su misericordia!

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente,  y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efe 4.22-24).

Sea cual sea la situación que estés experimentando el día de hoy, la Biblia, que es la Palabra de Dios, quien no miente, afirma que si ya aceptaste a Jesús como Señor y Salvador de tu vida, entonces tú le perteneces a Él y YA HAS VENCIDO porque mayor es el que está en ti que el que está en el mundo.

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

Recuerda siempre que, ¡Dios ha decretado en Su Palabra hacerte bien! ¡Dios ha decretado en Su Palabra que TÚ ERES MÁS QUE VENCEDOR(A)!

Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos.  Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido (Isa 35.8-10).

Y yo me pregunto, si la salvación es por gracia, o sea, un regalo de Dios ¿cómo es que algunos quieren que paguemos por ella?

Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás (Efe 2.8-10 NTV).

Puedes estar seguro(a), Cristo Jesús ya pagó y tú no tienes por qué volver a pagar, así que venga la alegría a tu vida, deja que el gozo perpetuo sea sobre tu cabeza y ten gozo y alegría para que huyan para siempre la tristeza y el gemido.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).

¡Solo tienes que creerlo! ¡Escrito está! ¡Es Palabra de Dios!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en este día, como en todos, quiero ser especialmente consciente de Tu gran Amor con que me has amado pues estando yo muerto(a) en delitos y pecados Tú me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia soy salvo(a)! Señor Jesús, sé que al morir por mí en esa cruz pagaste TODOS mis pecados y por eso me has hecho justo delante del Padre para ser adoptado(a) Hijo(a) Suyo(a) según el puro afecto de Su Voluntad. ¡Mil gracias por eso! Ahora sé quién soy: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo; Nacido(a) de Nuevo para triunfar. Ningún problema, enfermedad o circunstancia podrán jamás hablar más fuerte que la Verdad. ¡Tú Palabra es la Verdad! No permitiré al temor, ni a la duda, ni al desánimo, ni a la condenación, ni a la vergüenza que me lleven por el camino del error. ¡Yo soy Tu Hijo(a), oh Dios y Tú eres mi Padre! Nada ni nadie puede deshacer esto: ¡Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece! ¡En TODAS las cosas soy más que vencedor(a) por medio  de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Mayor es Él, que está en mí, que el que está en el mundo! ¡Mi Dios pues, suplirá TODO lo que me falta conforme Sus riquezas en gloria! Esto es todo el bien que has hecho conmigo, conforme a Tu Palabra. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 31                             1 Tim 2  /  Isa 34-35/ Sal 119.65-96


Cápsula del día.




Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 




NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 31                             1 Tim 2  /  Isa 34-35/ Sal 119.65-96

 

1 Timoteo

 Instrucciones sobre la oración

2

1Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; 2por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. 3Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, 4el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. 5Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. 7Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.a

8Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. 9Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,b 10sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. 11La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. 13Porque Adán fue formado primero,c después Eva;d 14y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.e 15Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.[1]

  

Isaías

La ira de Jehová contra las naciones

34

1Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce. 2Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero. 3Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos. 4Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.a

5Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edomb en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema. 6Llena está de sangre la espada de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom. 7Y con ellos caerán búfalos, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura.

8Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion. 9Y sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. 10No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo;c de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella. 11Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de destrucción, y niveles de asolamiento. 12Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán nada.

13En sus alcázares crecerán espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán morada de chacales, y patio para los pollos de los avestruces. 14Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo.

15Allí anidará el búho, pondrá sus huevos, y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí buitres, cada uno con su compañera. 16Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu. 17Y él les echó suertes, y su mano les repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.

Futuro glorioso de Sion

35

1Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. 2Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. 3Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles.a 4Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

5Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo;b porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.

8Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. 9No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. 10Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.[2]

    

 

SALMO 119.65-96

 

Excelencias de la ley de Dios

Tet

     65     Bien has hecho con tu siervo,

Oh Jehová, conforme a tu palabra.

     66     Enséñame buen sentido y sabiduría,

Porque tus mandamientos he creído.

     67     Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba;

Mas ahora guardo tu palabra.

     68     Bueno eres tú, y bienhechor;

Enséñame tus estatutos.

     69     Contra mí forjaron mentira los soberbios,

Mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos.

     70     Se engrosó el corazón de ellos como sebo,

Mas yo en tu ley me he regocijado.

     71     Bueno me es haber sido humillado,

Para que aprenda tus estatutos.

     72     Mejor me es la ley de tu boca

Que millares de oro y plata.

Yod

     73     Tus manos me hicieron y me formaron;

Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.

     74     Los que te temen me verán, y se alegrarán,

Porque en tu palabra he esperado.

     75     Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos,

Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.

     76     Sea ahora tu misericordia para consolarme,

Conforme a lo que has dicho a tu siervo.

     77     Vengan a mí tus misericordias, para que viva,

Porque tu ley es mi delicia.

     78     Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado;

Pero yo meditaré en tus mandamientos.

     79     Vuélvanse a mí los que te temen

Y conocen tus testimonios.

     80     Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,

Para que no sea yo avergonzado.

Caf

     81     Desfallece mi alma por tu salvación,

Mas espero en tu palabra.

     82     Desfallecieron mis ojos por tu palabra,

Diciendo: ¿Cuándo me consolarás?

     83     Porque estoy como el odre al humo;

Pero no he olvidado tus estatutos.

     84     ¿Cuántos son los días de tu siervo?

¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

     85     Los soberbios me han cavado hoyos;

Mas no proceden según tu ley.

     86     Todos tus mandamientos son verdad;

Sin causa me persiguen; ayúdame.

     87     Casi me han echado por tierra,

Pero no he dejado tus mandamientos.

     88     Vivifícame conforme a tu misericordia,

Y guardaré los testimonios de tu boca.

Lámed

     89     Para siempre, oh Jehová,

Permanece tu palabra en los cielos.

     90     De generación en generación es tu fidelidad;

Tú afirmaste la tierra, y subsiste.

     91     Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy,

Pues todas ellas te sirven.

     92     Si tu ley no hubiese sido mi delicia,

Ya en mi aflicción hubiera perecido.

     93     Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,

Porque con ellos me has vivificado.

     94     Tuyo soy yo, sálvame,

Porque he buscado tus mandamientos.

     95     Los impíos me han aguardado para destruirme;

Mas yo consideraré tus testimonios.

     96     A toda perfección he visto fin;

Amplio sobremanera es tu mandamiento.[3]

 



a a 2.7: 2 Ti. 1.11.

b b 2.9: 1 P. 3.3.

c c 2.13: Gn. 2.7.

d d 2.13: Gn. 2.21–22.

e e 2.14: Gn. 3.1–6.

[1] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. 1 Ti 1.20-2.15

a a 34.4: Ap. 6.13–14.

b b 34.5–17: Is. 63.1–6; Jer. 49.7–22; Ez. 25.12–14; 35.1–15; Am. 1.11–12; Abd. 1–14; Mal. 1.2–5.

c c 34.10: Ap. 14.11; 19.3.

a a 35.3: He. 12.12.

b b 35.5–6: Mt. 11.5; Lc. 7.22.

[2] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Is 33.24-35.10

[3] Reina Valera Revisada (1960). Miami : Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998, S. Sal 119.64-96

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