lunes, 3 de octubre de 2016

¿Qué le falta a la Salvación? ¿Cuál es tu parte en la Redención?


19 de Septiembre

¡Creerle a Dios, creyendo Su Palabra!

Por Riqui Ricón*

Al probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu (Jn 19.30 NVI).

¡Oh, qué Amor tan asombroso es el que Dios siente por ti! ¡Qué Plan más maravilloso es el Plan de la Redención de tu Vida por medio de Su Propia Vida! ¡Consumado es! ¡Todo se ha cumplido! Estas fueron las últimas palabras que Jesús pronunció sobre esta tierra y se referían a la culminación de ese Plan de Amor que representa el sacrificio del unigénito Hijo de Dios.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él  (Jn 3.16-17).

¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas  (2 Co 5.17).

Lo asombroso del Amor que Dios siente por ti es que va mucho más allá del simple afecto que el Creador pueda tener por su creatura, pues para resolver el problema del pecado y de la corrupción del corazón del hombre, Él te hizo Nacer de Nuevo por medio de la muerte y resurrección de Su propio Hijo, Jesús.

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1 BAD).

Pero, sólo que ahora tú también eres Su propio(a) Hijo(a).

porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,  por su buena voluntad (Fil 2.13).

Lo impresionantemente hermoso del Amor de Dios es que tú NO hiciste nada por tu salvación y ahora, como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, Él siempre te ayuda a que, con Su Gracia, cumplas Su buena Voluntad en tu Vida, la cual es agradable y perfecta.

Al mismo tiempo, la mano de Dios estaba sobre la gente en la tierra de Judá, y les dio un solo corazón para obedecer las órdenes del rey y de sus funcionarios, quienes seguían la palabra del SEÑOR (2 Cro 30.12 NTV).

¡Es Dios quien ahora te da un corazón para obedecer!

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra  (Eze 36.26-27).

Con el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, ahora tienes un Nuevo Corazón en el cual Dios mismo escribió Su Palabra, la Biblia.

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado  (Jer 31.31-34).

A esto se refería Jesús cuando declaro, ¡Consumado es! ¡Todo se ha cumplido!

Efectivamente, el problema de la muerte eterna que el pecado producía fue totalmente resuelto con la muerte y resurrección de Jesucristo y ahora tú has recibido la herencia que sólo un(a) Hijo(a) de Dios puede disfrutar: ¡La Vida Eterna!

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro  (Ro 6.23).

Es por todo esto que ahora puedes confiar total y absolutamente en tu Padre celestial para depender de Su Amor y Su Gracia para vivir la Vida Plena y Abundante que Jesús adquirió para ti.

Enséñame,  oh Jehová,  tu camino;  caminaré yo en tu verdad;  Afirma mi corazón para que tema tu nombre (Sal 86.11).

Instrúyeme, SEÑOR, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre (NVI).

Y es precisamente el creerle a Dios, creyendo Su Palabra, lo que te habilita y capacita para vivir esa Vida asombrosa que Dios tiene planeada para ti.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia  (Jn 10.10).

¡Una Vida abundante!

Una Vida abundante es una Vida llena de gozo y de alegría; y éstas sólo son reales y permanentes cuando son el resultado de tener la certeza y la convicción de que TODO en tu Vida está bien y estará mejor cada día.

Jehová de los ejércitos,  Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido (Jn 15.11).

Ah, qué alegría para los que confían en el SEÑOR, que no confían en los orgullosos ni en aquellos que rinden culto a ídolos (Sal 40.4 NTV).

Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación (Sal 13.5 NVI).

Dado que no puede haber mayor certeza que la Verdad, y la Verdad es la Palabra de Dios, entonces el gozo genuino y la alegría que perdura sólo pueden provenir de creerle a Dios, creyendo Su Palabra.

Entonces los israelitas que estaban presentes en Jerusalén celebraron con gran alegría el Festival de los Panes sin Levadura durante siete días. Cada día los levitas y los sacerdotes cantaban al SEÑOR, al son de instrumentos resonantes  -*O cantaban al SEÑOR con todas sus fuerzas- (2 Cro 30.21 NTV).

Este episodio de la Biblia hace referencia a un momento muy crítico en la historia del pueblo de Israel. A causa de su incredulidad y desobediencia a la Palabra de Dios, ellos se encontraban derrotados, esparcidos y humillados por sus enemigos. Cuando un buen rey, el rey Ezequías, los animo a regresar al Señor y celebrar la Pascua, entonces un milagro asombroso sucedió: Aparentemente la realidad en la que vivían NO había cambiado en nada, sin embargo, el gozo y la alegría fluyeron genuinamente por la FE, al haber creído la Palabra de Dios. Y con gran alegría cantaban al SEÑOR, con todas sus fuerzas.

¡El gozo y la alegría son un regalo de la Gracia de Dios en respuesta a tu fe, en respuesta al haber creído a Dios, creyendo Su Palabra!

Has cambiado mi lamento en baile;  Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre (Sal 30.11-12).

a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya (Isa 61.3).

Cualquiera que sea el problema, enfermedad o aflicción que estés enfrentando el día de hoy, convéncete a ti mismo(a) de poner TODA tu confianza en el Señor y en Su Palabra, pues sólo así experimentarás el gozo, la alegría y la paz de salir siempre más que vencedor por medio de Aquel que te ha amado: Cristo Jesús.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,  ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Rom 8.37-39).

Así que, créelo de una vez: ¡Consumado es!

¿Qué le falta a la Salvación? ¿Cuál es tu parte en la Redención? ¡Creerle a Dios, creyendo Su Palabra!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, ahora entiendo que el Sacrificio de Cristo Jesús fue completo, perfecto y acabado, por eso, quiero agradecerte por tanto y tan grande Amor, que estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida; y no cualquier tipo de vida, sino la Vida Eterna que solamente un(a) Hijo(a) Tuyo(a) puede tener. Amado Jesús, gracias por haberme trasladado de las tinieblas a Tu Luz admirable. Gracias por haber deshecho mi vieja naturaleza vendida al pecado y haberme dotado de una Vida totalmente Nueva: ¡La Vida Eterna! ¡La Vida de un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Señor, este día pongo toda mi confianza en Tu Palabra. ¡Yo estoy en Cristo! Por lo tanto, soy Nueva creatura, las cosas viejas pasaron he aquí que TODAS son hechas nuevas. Hoy recibo el gozo y la alegría que reciben todos aquellos que en Ti confían. Tú me guardarás en completa Paz, pues mis pensamientos en Ti perseveran porque he decidido poner Tu Palabra en mi mente, boca y corazón. Por lo tanto, aunque en valle de sombra y de muerte no voy a temer mal alguno porque Tú, Jesús, estás conmigo. Por cuanto en Ti, Jesús, yo he puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; conmigo estarás Tú en la angustia; me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, y me mostrarás Tu salvación. Así que, ¡Abba! ¡Padre! Yo soy Tuyo(a), y en Cristo Jesús ya he vencido, pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Padre, ¡Todas y cada una de Tus Promesas son en mí, sí y amén! Me someto a Ti, mi Dios y Padre, me someto a Tu Palabra, resisto a Satanás y éste tiene que huir de mi vida. No recibo ni la duda, ni el temor, ni la enfermedad, ni la pobreza, ni la angustia, ni la depresión. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de Jesús. Amén.

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Septiembre 19               Jn 19.16-42  /  2 Cr 30   Sal 86




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