jueves, 5 de marzo de 2015

¡Cómo se vive una Vida Victoriosa!

 

5 de Marzo
¡Sin miedo!

Por Riqui Ricón*

No tengáis miedo de los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma; antes bien, temed a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. ¿Cuánto puede valer un par de pájaros? ¡Muy poco dinero! Sin embargo, ni uno solo de ellos cae a tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. Pues vosotros sabed que hasta el último de vuestros cabellos está contado; por tanto no tengáis miedo, pues más valéis vosotros que muchos pájaros (Mat 10.28-31).

Cada vez que te parezca que estás en aprietos; cada vez que comiences a sentir angustia o preocupación o miedo, recuerda que tú puedes combatir esos estados de ánimo utilizando tu fe. ¿Cómo se hace esto? Sólo busca en la Biblia las promesas de tu Padre celestial y recuerda cuánto vales tú para Dios.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!

Si Dios te valora tanto que hizo semejante sacrificio por Amor a ti, ¿crees que se puede olvidar de ti dejándote a la deriva a merced de tus problemas, enfermedades o aflicciones? ¡No! ¡Nada de eso!

MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jua 3.1 BAD).

Ahora que estás en Cristo Jesús, Dios te ha llamado Su propio(a) Hijo(a), ¡y eso es lo que eres! Ahora que estás en Cristo Jesús, Dios, como buen Padre velará y cuidará de ti.

O acaso no dice la Escritura, ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).

Así que, sin importar cuales sean los problemas, enfermedades, aflicciones o retos que estés enfrentando el día de hoy, deshazte de todo temor y hecha fuera de tu vida la angustia y la ansiedad, pues,

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).

Y como si fuera poco que Dios mismo esté contigo, a tu lado, sosteniéndote e infundiéndote aliento, la Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, te dice claramente que,

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Rom 8.15).

Vivir con miedo es vivir esclavo. Sin embargo, es tu identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo la que te da la victoria sobre el espíritu de esclavitud y de temor.

Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Rom 8.31).

Piénsalo bien, siendo tú Hijo(a) legítimo(a) del único Dios Todopoderoso, ¿qué habrías de temer?

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado (Sal 27.1-3).

La próxima vez que te sientas tentado a ceder ante la angustia y la preocupación, sin importar la magnitud de tus circunstancias, levanta tus manos a Dios y comienza alabarle porque tú eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios y en todas las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ama, Cristo Jesús.

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, es muy hermoso saberme tan amado(a) por Ti. Gracias, Señor Jesús, porque no sólo proveíste para mí el perdón de mis pecados sino que me hiciste justicia de Dios en Ti y me reconciliaste con Dios haciéndome hermano(a) Tuyo(a) e Hijo(a) del Padre. Por Ti, mi amado Jesús, he Nacido de Nuevo y ahora Dios, el Todopoderoso, es Abba, Padre, mi Papá. Leer de esto en Tu Palabra, la Biblia, me hace conocer la Verdad y la Verdad me hace libre. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Ti, Jesucristo, esta Nueva Vida. Soy libre para recibir, por medio de la fe en Tu Palabra, esta identidad de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo renacido(a), no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Por lo tanto, amado Padre celestial, todas y cada una de las Promesas que están en Tu Palabra son mías y para mí. Hoy puedo orar a Ti con la certeza de que me escuchas y me respondes. Tengo gozo y paz en mi corazón pues puedo pedir y recibir. Por lo tanto, en el nombre poderoso de Cristo Jesús, declaró que soy sano(a) y libre de toda enfermedad o dolencia; creo y recibo la voluntad expresa de mi Padre, Dios Todopoderoso, para ser y vivir prospero(a) en todas las cosas. Echo fuera de mi vida todo pensamiento de temor y duda resistiendo todo engaño y mentira acerca de mí. Yo soy lo que la Biblia dice que soy. Un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios; especial tesoro de mi Padre; todo lo puedo en Cristo que me fortalece y en todas las cosas, absolutamente todas las cosas, soy más que vencedor por medio del Amor de Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Señor Jesús, hoy me alegro en el gozo y la paz que brindan el ser la persona que Tú dices que soy. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 5                                Mat 10.26-42  /  Lev 9-10  /  Pro 23

 




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