miércoles, 4 de marzo de 2015

¡Cómo encontrar tu propósito en la Vida!

 

4 de Marzo
¡Con la Palabra de Dios!

Por Riqui Ricón*

Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua (Lev 8.5-6).

Todos los días, al comenzar tu devocional, recuerda que la Biblia es la Palabra de Dios y que esto quiere decir que todo lo que está escrito en ella salió de la boca de Dios y fue escrito para tu beneficio y edificación.

Puesto que en la Biblia está descrito el Plan de Dios para tu salvación y redención, todo lo escrito en ella apunta hacia Jesucristo; hacia Su muerte y resurrección, con las cuales te hizo libre de la ley del pecado y de la muerte y te dio Su propia Vida, la Vida Eterna, haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Por lo tanto, recuerda también que al leer el Antiguo Testamento debes hacerlo a la luz de lo que dice el Nuevo Testamento y no al revés.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Ped 2.9).

De acuerdo a la Escritura, tú fuiste rescatado(a) por Dios mediante la Sangre de Su Hijo con el propósito de ser hecho(a) rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa), para que ejerzas dicho real sacerdocio en este tu tiempo sobre la tierra.

No eres un(a) fracasado(a), ni dejado(a), ni abandonado(a), ni mediocre sino todo lo contrario: ¡Eres linaje escogido por Dios!

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jua 15.1-3).

Al igual que al sumo sacerdote Aarón y a sus hijos se les lavó y purificó con agua, tú ya fuiste lavado(a) y purificado(a) mediante la Palabra de Dios.

Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jn 15.3).

Cuando crees el Evangelio, éste actua como el agua más limpia y te lava y te purifica.

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios (Jua 3.5).

Tú naciste del agua y del Espíritu. Fue la Palabra de Dios la que gestó tu Nuevo  Nacimiento como Hijo(a) de Dios.

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).

Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

El sacrificio de Jesús va más allá del mero perdón de tus pecados. Jesucristo murió en esa cruz para ofrecerte una Vida totalmente Nueva y diferente (desde luego que primero tuvo que anular con Su propia Vida la condena de muerte que pendía sobre ti).

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).

Tú, al igual que Aarón, tienes ahora un gran ministerio y porvenir. Por tu fe en la Palabra de Dios y en el sacrificio de Jesús has sido adoptado(a) en la familia del Padre y estás habilitado(a) para realizar una muy importante labor dentro del Reino de Dios.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jua 14.12).

¡Estás destinado(a) a llevar una Vida de grandeza, de Plenitud y desarrollo!

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe (1 Ped 5.8-9a).

Satanás intentará por todos los medios evitar que tú puedas creer esto. Te recordará tu vida pasada y tus pecados señalándote que eres indigno(a) e incapaz, para tratar así de anular tu fe con miedo, duda y condenación.

Sin embargo, toma en cuenta que Satanás ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira (Jn 8.44).

¡Todo, absolutamente todo, lo que el demonio te diga es mentira!

La Buena Noticia es que TODO lo que tú ahora eres está Escrito en la Palabra de Dios y por lo tanto ES LA VERDAD. Además, no se adquirió ni depende de las cosas que tú hiciste en el pasado; no se adquirió ni depende de las cosas que estés haciendo en el presente o puedas hacer en el futuro, sino que se adquirió y depende totalmente de lo que Cristo Jesús hizo por ti al morir y resucitar.

y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,  y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9b-10).

¡Tú eres EXACTAMENTE la persona que Dios DICE en Su Palabra que AHORA ERES! Un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo destinado(a) a realizar grandes cosas para tu Padre celestial.

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).

¡Es por eso que has sido ungido(a)!

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch 1.8).

¡Es por eso que todo te saldrá bien!

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).

Tú nunca has sido un ser humano producto de la casualidad o del destino. Dios te ha amado desde antes de la fundación del mundo y ahora eres Su Hijo(a).

¡Un(a) Hijo(a) del Dios Altísimo que tiene propósito y destino en este mundo!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, nunca dejaré de agradecerte Tu Gran Amor por mí, que estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por Gracia soy salvo(a)! ¡Abba, Padre! Amado Dios, hoy puedo, con plena certeza y absoluta confianza, llamarte Padre mío. Señor Jesús, Tu Sangre preciosa fue derramada en esa cruz para que yo fuese justificado(a); Tu resurrección me abrió el camino a la Vida Eterna para que yo fuese adoptado(a) Hijo(a) de Dios, según el puro afecto de Tu Voluntad. ¡Mil gracias, Señor Jesús! He sido limpiado(a) y purificado(a) con Tu Palabra. ¡Soy heredero(a) de Dios y coheredero(a) con Cristo! He sido predestinado(a) para ser hecho(a) conforme a Tu imagen, mi Señor Jesucristo, para que ahora Tú seas mi hermano mayor. Gracias, muchas gracias Señor. Me has hecho un rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa) para reinar sobre todo problema y dificultad en este mundo, aquí en la tierra, en este tiempo. Gracias, precioso Espíritu Santo, porque Tú estás aquí conmigo habilitándome con Tu Poder para que pueda hacer las mismas cosas que Jesús hizo y aún mayores. Ahora sé que TODO lo puedo pues mayor eres Tú, que estás en mí y conmigo que el que está en el mundo. ¡Me has dado propósito y destino! Así que, creo y declaro con toda certeza de fe que yo, _____________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor de todo problema, enfermedad o aflicción. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! ¡Soy feliz! ¡Gracias Padre! Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. En el nombre de Jesús. Amén

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 4                                Mat 10.1-25  /  Lev 7-8  /  Pro 22

 




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