Jueves 5 de Abril de 2012.
¡Palabra de Honor!
Por Riqui Ricón*
Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? (Mat 26. 52-54).
Un jueves como hoy, la mayoría de los cristianos celebramos la instauración de la Santa Cena, la Comunión, por parte de Jesucristo. Esa misma noche, Jesús fue capturado y, mientras eso sucedía, dejó claro, una vez más, que su muerte y resurrección formaban parte del plan de Dios para la redención de tu vida y que ambas estaban determinadas por la Palabra de Dios.
Muy pocos creyentes están conscientes que nuestra salvación, la Vida Eterna, y nuestra identidad como Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, estuvieron a punto de ser perdidas para siempre cuando Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, después de 40 días de ayuno.
En ese momento, como en ningún otro en su estancia en la tierra, Jesús no tenía poder divino alguno para usarlo en contra del diablo; Él era tan humano como cualquiera de nosotros; y aunque podía, por medio de la oración y la fe, (pues sabía perfectamente quién era Él), solicitar la ayuda de miles de legiones de ángeles, Jesús venció a Satanás con el arma más poderosa que hay en el universo: la Palabra de Dios.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11.3).
Jesús vivió en esta tierra por y para el cumplimiento de las Escrituras. Él es el único camino al Padre, Él es la Verdad y Él es la Vida. Aún la Escritura misma da testimonio de Él llamándole el Verbo (la Palabra) de Dios. ¡Son más de 300 profecías escritas en el Antiguo Testamento acerca del Mesías, del Cristo, que se han cumplido en la persona de Jesús!
Su nacimiento, su vida y ministerio, sus milagros, su muerte y resurrección, su lugar de gloria, TODO fue dicho por Dios en la Biblia, que es Su Palabra.
Así que, mi amada(o), sin importar lo difícil de las situaciones que estés enfrentando, en estos momentos de tu vida, tú no necesitas la asistencia de legiones de ángeles, lo único que realmente necesitas es la Biblia, pues, basta una Palabra del Señor y un milagro sucederá.
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará (Mat 8. 8).
Tenemos la Biblia como la Palabra profética más segura donde encontramos que Su Voluntad ha sido siempre hacerte bien y no mal, trasladarte de una posición de maldición a una de bendición, darte la Vida eterna en lugar de muerte.
Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro. Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre (Deu 4. 39-40).
De Génesis a Apocalipsis encontrarás que Su Voluntad hacia contigo es buena, agradable y perfecta, que a pesar de cómo hayas tú llevado tu vida, Él te ha amado tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, como el justo precio por tus pecados, antes que perderte a ti.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).
¡Para que tengas vida! ¡Vida Eterna! ¡Vida abundante!
En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal. En el hambre te salvará de la muerte, Y del poder de la espada en la guerra. Del azote de la lengua serás encubierto; No temerás la destrucción cuando viniere. De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las fieras del campo; Pues aun con las piedras del campo tendrás tu pacto, Y las fieras del campo estarán en paz contigo. Sabrás que hay paz en tu tienda; Visitarás tu morada, y nada te faltará. Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra. Vendrás en la vejez a la sepultura, Como la gavilla de trigo que se recoge a su tiempo. He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así; Oyelo, y conócelo tú para tu provecho (Job 5. 19-27).
¡Lee la Biblia! ¡Medítala! Encuentra en la Palabra de Dios aquellas promesas tocantes a tu necesidad y ora a Él con la certeza, la garantía, de que nunca faltará a Su Palabra.
Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, lo que Él te ha dicho lo va a hacer y lo que te ha hablado, sin lugar a dudas, lo va a ejecutar.
Un jueves como hoy, Jesús, después de haber dado gracias, tomo la copa y dijo: esta copa es el Nuevo Pacto en mi Sangre. Todo, absolutamente todo, lo que Dios dice acerca de ti en la Biblia es Verdad y se va a cumplir. Hay un Pacto de Sangre a tu favor. Es el Nuevo Pacto, que es un mejor pacto establecido sobre mejores promesas.
Primero el cielo y la tierra dejan de existir antes que Dios deje de cumplir el Nuevo Pacto en la Sangre de Su Hijo Jesucristo.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saber que puedo confiar total y absolutamente en Tu Palabra, la Biblia. Gracias Señor porque lámpara es a mis píes Tu Palabra y luz en mi camino. Gracias por Jesús, por Su Amor y por el cumplimiento de Tu Palabra en Su Vida para mi Redención y Salvación. ¡Bendito Tu Nombre y bendito Tú, mi Señor Jesús! Por lo que Tú hiciste por mí en la cruz ahora yo puedo vivir en paz, victoria y libertad. ¡Tú pagaste el precio por mí! Gracias, muchas gracias. No voy a temer. No tengo nada por que temer, Tú eres mi Padre, Dios, Rey y Salvador. ¡Gracias por Tu Sangre! ¡Gracias por el Nuevo Pacto! ¡Gracias por Tu Palabra de Honor! Por el gran Amor con que me has amado ahora yo soy Tu Hija(o) y yo en Ti confío. Tú dices en Tu Palabra que dichosos son el hombre y la mujer que en Ti confían. ¡Soy dichosa(o)! Pues sin importar las circunstancias que hoy enfrento, Tú, mi Dios, cumplirás Tu propósito en mí y saldré adelante más que vencedor(a). Pues aunque ande en valle de sombra y de muerte, Tú estás conmigo y, ¿qué puedo decir a esto? Si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? Gracias, Señor Jesús, por lo que Tú hiciste por Amor a mí al morir en esa cruz, ahora yo tengo la Vida Eterna de un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y puedo ser constante, alegre y persistente al esperar en Tu Palabra. El cielo y la tierra pasarán, más Tu Palabra no pasará. Así que, está es la confianza que tengo en Ti, que si Te pido alguna cosa conforme a Tu Voluntad, conforme a Tu Palabra, sé que Tú me oyes, y si sé que Tú me oyes, también sé que tengo todo lo que Te he pedido. Por lo tanto, resisto al espíritu de temor, duda, pobreza y enfermedad, creyendo y recibiendo lo que Tú, mi Señor y Salvador, Jesucristo, pagaste para mí. ¡Soy sana(o) y libre de toda enfermedad y dolencia! ¡Soy libre del temor, la ansiedad y la duda! Pues no he recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el espíritu de adopción y hoy clamo, ¡Abba, Padre! Declaro mi libertad y prosperidad financiera. Recibo el Amor, gozo y paz que Tú, Espíritu Santo, has puesto en mí para vivir una vida plena y abundante. En el nombre de Jesús. Amén
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 5 Mat 26. 47-75 / Deu 3-4 / Job 5
Dios es bueno.
ResponderEliminar