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viernes, 7 de noviembre de 2014

¡Cómo ser Perfecto, enteramente preparado para toda buena obra!

 

7 de Noviembre

¡Dios ha hablado a tu favor!

Por Riqui Ricón*

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Ti 3.16-17).

El día de hoy, pido a nuestro Padre celestial y al Espíritu Santo, que está en ti, que te ayuden a nunca desestimar la importancia del papel que desempeña la Biblia en tu vida. Pido para que hagas del estudio y meditación de la Palabra de Dios el asunto más relevante de cada día.

Yo sé que tú trabajas o estudias; que tus días comienzan muy temprano; que tienes que atender a tu familia, realizar tus proyectos, proveer para los de tu casa y que apenas tienes tiempo para terminar todas las cosas que has de hacer cada día.

Sin embargo, para todo eso necesitas sabiduría y dirección, fortaleza y sanidad, restitución y prosperidad, además de paz y gozo. Todo esto solamente lo podrás obtener de la Palabra de Dios.

Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed (Isa 5.13).

Muchos Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, honestos y sinceros creyentes, están continuamente tropezando ante las aflicciones del mundo y no logran manifestar la paz que una vida en victoria debe traer a sus vidas.

Os he dicho todas estas cosas para que en mí encontréis vuestra paz. Siempre tendréis en el mundo pruebas que os afligirán, pero confiad en mí, porque yo he vencido al mundo (Jn 16.33 CST).

Es en la Biblia, la Palabra de Dios, que están las respuestas a cada una de las necesidades y retos que vas a enfrentar el día de hoy. En ella están la sabiduría y consejo para que tomes las decisiones correctas. Sólo de la Biblia fluyen el gozo y la paz que son tu derecho como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino… La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples… Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo… Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el gozo de mi corazón  (Sal 119.105, 130, 165, 111).

La lectura y meditación diaria de la Biblia traerá luz en tu camino; alumbrará tu entendimiento; traerá paz a tu vida y no tropezarás con nada. La Biblia es tu verdadera herencia y ella traerá el gozo a tu corazón.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).

¡La Biblia es la única Verdad que te puede hacer libre!

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 P 1.19-21).

Recuerda siempre que, aunque Dios quisiera, Él no puede mentir, pues toda palabra que sale de Su boca tiene el poder para hacerse cumplir en sí misma: ¡es la Palabra de Dios!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Así que, si la Biblia dice que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, entonces, puedes estar total y absolutamente convencido(a) que Dios te ama de esa forma.

Como la fe viene por el oír la Palabra de Dios, puedes tener la certeza que:

1. Por Amor has sido hecha(o) Hija(o) de Dios,

Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1).

2. Has vencido y vencerás porque Dios está contigo,

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

3. No hay nada que no puedas hacer bien,

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).

4. Sea cual sea la enfermedad, angustia o tribulación que estés enfrentando el día de hoy, Dios es el que te guarda y protege en toda adversidad,

Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre (Sal 121.5-8).

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn 5.18). 

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).

Por esto, aunque el día de hoy te encuentres enfrentando problemas, enfermedades o aflicciones, puedes tener gozo y paz. Así es, gozo y paz en medio de la más tremenda de las aflicciones. ¿Cómo puede ser esto posible? Esto es posible sólo cuando sabes que sabes que tienes la Palabra de Dios, la Palabra de Honor de tu Padre celestial, obrando a tu favor.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).

Así que, ¡no hay forma en que puedas perder en este mundo!

Entonces, ¿qué sucede con los que no conocen la Verdad? Son llevados cautivos por el espíritu de temor hacia una vida llena de dudas y miedos. Pero, esto no será así para ti. Tú eres escogido(a) de Dios y tu vida ha cambiado totalmente gracias a la Sangre del Cordero de Dios, Cristo Jesús.

¡Tú eres un(a) legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte por la Verdad de Tu Palabra que es Cristo Jesús mi Señor y Salvador. Me determino hacer de este día el mejor de mis días pues tengo Tu Palabra para lograrlo. De todos mis pecados me arrepiento y te pido perdón, sobre todo por dar lugar a la duda y al temor. De acuerdo a tu Palabra, la Biblia, hoy me declaro Sano(a) de toda enfermedad; soy Prospero(a) delante de la pobreza y la escasez; soy Libre para vivir la vida plena y abundante que Tú, Señor Jesús, ganaste para mí. Voy a leer y meditar Tu Palabra todos los días de mi vida y la guardaré en mi corazón para hacer todo lo que en ella está escrito pues entonces haré prosperar  mi camino y todo me saldrá bien. No voy a temer, solamente voy a creer. No existe problema, angustia o enfermedad de la cual no vaya a salir más que vencedor(a) por medio de Tu Amor. En el nombre de Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 7                        2 Tim 3  /  Jer 9-10/  Sal 123

 



jueves, 6 de noviembre de 2014

¿Cuál es la Voluntad de Dios para tu Vida?

 

6 de Noviembre

¡Buena, agradable y perfecta!

Por Riqui Ricón*

Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien (Jer 7.23).

Entre más pronto comprendas que todo lo que la Biblia, la palabra de Dios, dice, lo dice para tu beneficio, entonces más pronto podrás creer y recibir la vida plena y abundante que Jesús compró para ti al morir en la cruz.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8).

¡Es tan sencillo! La clave de tu existencia está en hacer de la Biblia la norma y principio básico de tu vida. ¡Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón! Lee y medita en la Biblia todos los días de tu vida, de día y de noche.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He 4.12).

La palabra de Dios está viva y es eficaz para producir en tu vida la fe que necesitas para creer y hacer que sucedan todas y cada una de las cosas que Dios ha dicho acerca de ti.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jer 29.11).

La voluntad y deseo de Dios hacia contigo siempre ha sido buena, agradable y perfecta, pues de todo esto, la Verdad más hermosa es que Dios te ama. Sí, mi amigo(a), Dios te ama y te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo, a que pagara el precio de tus pecados, antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Es por Su gran Amor con que te ha amado que Dios ha pronunciado palabras de bien y bendición sobre tu vida. Es porque te ama tanto que pensó y desarrolló un plan donde todos tus pecados fueran pagados mediante la vida de Su Hijo, Jesús, para justificarte, santificarte, perfeccionarte, perdonarte y así poder darte la Vida Eterna que sólo pueden gozar los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Ahora en, Cristo Jesús, lo mejor de tu vida ya comenzó. Delante de tus pies comienza un camino totalmente nuevo que ya ha sido bendecido por tu Dios y Padre. Y aunque ciertamente en el mundo tendrás aflicciones, puedes vivir en paz, pues por la Palabra de Honor de Dios, de todo problema, enfermedad o aflicción tienes la certeza que saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.

Dios no es un hombre, por lo tanto no miente. Él no es humano, por lo tanto no cambia de parecer. ¿Acaso alguna vez habló sin actuar? ¿Alguna vez prometió sin cumplir? Escucha, yo recibí la orden de bendecir; ¡Dios ha bendecido, y yo no puedo revertirlo! (Num 23.19-20 NTV).

Dios lo ha establecido así en Su Palabra y si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios no miente!

Por todo esto, ha llegado el tiempo, y ahora es, en que comiences hacer de la lectura y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu existencia.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Sólo en la Biblia puedes conocer y creer el Amor que Dios te ha dado.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Sólo en la Biblia puedes conocer y creer la voluntad buena, agradable y perfecta que Dios tiene para ti.

Pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna (Jn 4. 14 NTV).

La Biblia, la palabra de Dios, es la fuente de agua de vida eterna que corre en ti. Es la semilla sembrada en la buena tierra de tu corazón que ha de dar fruto a ciento por uno.

Así que, Dios te ama y Él desea que te vaya bien y que tengas una buena vida. Por lo tanto, puedes comenzar a creer y recibir este Amor que Dios te tiene, alineando tus pensamientos, sentimientos, emociones y declaraciones a la Palabra de Dios. Sométete a Dios, sométete a Su Palabra, resiste al diablo y éste huirá de ti, pues Satanás sólo viene a hurtar, matar y destruir, pero, ahora, Jesús está contigo para darte esa vida buena y abundante que ya pagó para ti derramando hasta la última gota de Su Sangre por Amor a ti.

No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta (Ro 12.2 NTV).

Recuerda siempre que TODO lo que está escrito en la Biblia acerca de ti se va a cumplir, ¡es Palabra de Dios!

¡Es Palabra de Honor!

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte por Tu Palabra, la Biblia. Señor sé que Tú no mientes, que la Biblia es Tu Palabra de Honor y que, por lo tanto, mi corazón está firme; confiado en Ti, Señor Jesús. Por Tu Palabra asegurado está mi corazón y no voy a temer. Por Tu Palabra sé que he puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandará acerca de mí, Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mi has puesto Tu Amor, Tú también me librarás; Me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Yo te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y le glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Soy sano(a), soy libre para realizar esa vida plena y abundante que está escrita acerca de mí. Señor Jesús eres Tú la fuente de agua de Vida Eterna que corre en mí. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 6                        2 Tim 2  /  Jer 7-8  /  Sal 122

 



miércoles, 5 de noviembre de 2014

¡Cómo alcanzar la Victoria!

 
5 de Noviembre

¡Creyéndole a Dios!

Por Riqui Ricón*

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti 1.7).

Amado(a), de acuerdo a la Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, cuando aceptaste a Jesús como Señor y Salvador de tu vida todos tus pecados fueron pagados; así, fuiste justificado(a), perdonado(a) y santificado(a).

Todo esto lo hizo Dios por Amor a ti y con el único propósito de que recibieras el regalo de la Vida Eterna al Nacer de Nuevo como un(a) Hijo(a) del Rey.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Es por esta maravillosa operación del Nuevo Nacimiento que tú has sido hecho(a) una nueva especie de ser, que no existía antes, y no has recibido el espíritu de cobardía sino que, Dios te ha dotado en tu nueva naturaleza de un espíritu de poder, de amor y de dominio propio.

¡Eres un(a) Hijo(a) del Rey!

Sin embargo, hay creyentes que, cuando escuchan esta revelación, reaccionan pensando, “pues, si soy sincero(a), yo amo a Dios con todo mi corazón, pero ni me siento santo(a), ni justo(a), ni noto ninguna clase de poder o amor en mi vida. Aún sigo luchando contra mi vieja naturaleza”.

Pues bien, pon mucha atención a esta breve reflexión de las lecturas del día de hoy, pues ¡Aquí está la clave del éxito para vivir esa clase de vida en poder, en amor y en dominio propio!

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe;  esto no procede de ustedes,  sino que es el regalo de Dios, no por obras,  para que nadie se jacte (Efe 2.8-9 NVI).

La Nueva Naturaleza, al igual que la salvación, se recibe por fe [creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra]. La recibes, no por lo que hayas hecho o vayas hacer, ni por cómo te sientas respecto a ti mismo; la recibes cuando la crees sólo porque Dios lo dice así. Y si Dios lo dice, entonces tú lo crees, lo aceptas y lo recibes.

Por ejemplo, sin importar como te veas o te sientas respecto a ti mismo(a) el día de hoy, la única Verdad es que:

o   Tú eres el (la) Amado(a) de Dios. ¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

 

o   Por tu fe, por creerle a Dios creyendo Su Palabra, has Nacido de Dios. Eres un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.

Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).

 

o   Tú Naciste de Nuevo NO de una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

Ustedes nacieron de nuevo, no por medio de padres mortales, sino por medio del mensaje vivo y eterno de Dios (1 P 1.23 PDT).

Así que, lo realmente relevante  no es lo que sientas, experimentes o manifiestes con tus actos, pues esa no es la Verdad. La Verdad es la que Dios ha declarado acerca de ti en Su Palabra, pues toda Su Palabra es la Verdad.

Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe [por creerle a Dios creyendo Su Palabra] andamos, no por vista) (2 Co 5.6-7).

Entonces, la clave del éxito es saber y creer que lo que Dios dice en la Biblia acerca de ti es la Verdad y que se cumple totalmente, pues primero el cielo y la tierra dejan de existir antes que la Palabra de Dios deje de cumplirse.

Por esta razón es que, sin fe [sin creerle a Dios, creyendo Su Palabra] es imposible agradar a Dios,

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe [por creerle a Dios, creyendo Su Palabra] y para fe [para creerle a Dios, creyendo Su Palabra], como está escrito: Mas el justo por la fe [por creerle a Dios, creyendo Su Palabra] vivirá (Ro 1.17).

Por lo tanto, Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios [como Jesús vivió, creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra], el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gal 2.20).

Tu vieja naturaleza pecaminosa está muerta, quedó clavada en la cruz, y si luchas contra ella no la vencerás, pues ¡ya está vencida! ¡Está muerta! ¿Entiendes?

El asunto es que el diablo tratará, a toda costa, de convencerte que sigues siendo la misma persona que antes eras; y si le crees a él, en lugar de creerle a tu Padre celestial, entonces Satanás te convencerá de tu fracaso y te llevará al terreno de la condenación para darte conciencia de pecado, en lugar de la conciencia de justicia en Cristo Jesús.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe (1 P 5.8-9a).

Recuerda que la única arma que Satanás puede usar en tu contra es la mentira, y ésta sólo adquiere poder cuando la comienzas a creer.

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 JN 4.4).

Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y la única forma que tiene Satanás para vencer a alguien tan fuerte, poderoso y formidable como tú, es engañándote y convenciéndote a que creas con todo tu ser que eres mucho más débil e insignificante que él.

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Co 10.3-5).

Tu fe en la Palabra de Dios (creer que lo que Él dice es Verdad), es el arma poderosa con la cual puedes someter al espíritu de temor e incredulidad que pretende engañarte.

Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe (1 Jn 5.4).

Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y vences este mundo de maldad, consiguiendo la victoria por medio de tu fe, de creerle a Dios, creyendo Su Palabra.

Así pues, es con tu fe [creyéndole a Dios, creyendo Su Palabra] que llamas las cosas que no son como si fueran y comienzas a recibir y establecer lo que Dios ya decretó desde la eternidad acerca de ti. Por ejemplo:

Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios  (1 Jn 3.1).

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).

Así que, sea cual sea la situación, problema o enfermedad que el día de hoy estés enfrentando, ¡Tú decides! ¿A quién le vas a creer?

Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti 1.7).

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, yo sé en quién he creído y estoy seguro de que Eres poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Jamás seré avergonzado de haber confiado en Tu Palabra sino que, por lo contrario, dichoso, mil veces feliz, el hombre y la mujer que en Ti confían. En medio de cualquier circunstancia, Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Ti, Señor Jesús, Que has hecho los cielos y la tierra. No darás mi pie al resbaladero, Ni te dormirás, Tú, el que me guardas. He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a __________ (tu nombre aquí). Padre, Tú eres mi guardador; Tú eres mi sombra a mi mano derecha. El sol no me fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová, Tú me guardarás de todo mal; Tú guardarás mi alma. Dios, Tú guardarás mi salida y mi entrada Desde ahora y para siempre. Así que yo le llamo a todo el bien, la gracia y la misericordia que Tú has decretado acerca de mí. Me declaro sano(a) y saludable en cada una de las células, tejidos, órganos y sistemas que forman mi cuerpo; soy libre de deudas, las voy a pagar todas, y le llamo a la prosperidad y abundancia que Tú, oh Dios, deseas para mí en Tu Palabra. Puedo vivir feliz y pleno(a) pues nada ni nadie me pueden separar de Tu Grande Amor que es para mí, en Cristo Jesús mi Señor. Creo, confieso y recibo que: ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Muchas, muchísimas gracias, Señor Jesús. Amén.

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012

 


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 5                                      2 Tim 1  /  Jer 5-6  /  Sal 121