martes, 1 de septiembre de 2015

¡Cómo resolver tu Vida!


1 de Septiembre

¡Dios No Miente! ¡Él siempre cumple!

Por Riqui Ricón*

»Ahora el SEÑOR ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el SEÑOR lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del SEÑOR, Dios de Israel (2 Cr 6.10 NTV).

Salomón NO se acreditó haber sido él quien dio cumplimiento a la Palabra de Dios, respecto a la consolidación del reino y la edificación del templo, sino que reconoció ante todo el pueblo que fue Dios, y sólo ÉL, quien cumplió a cabalidad TODO lo que había prometido.

Oró así: «Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú en los cielos ni en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón. Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos (2 Cr 6.14-15 NTV).

Hoy es un buen día para que, meditando la Palabra de Dios, te determines a creer, de una vez por todas, que tu Padre celestial es cien por ciento confiable. ¡Él NO puede mentir! Y todo, absolutamente todo, lo que ha salido de Su Boca, Dios lo cumplirá.

Dios no es hombre, para que mienta,  Ni hijo de hombre para que se arrepienta.  El dijo, ¿y no hará?  Habló, ¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir;  El dio bendición, y no podré revocarla (Núm 23.19-20).

Salomón sabía perfectamente que Dios ES confiable. Ellos, como seguramente también tú, experimentaron una y otra vez, el cumplimiento de TODAS y cada una de las Promesas que Dios ha hecho en la Biblia: Sanidad, restauración, ser guardados de sus enemigos, libertad, prosperidad, etc.

De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad (He 11.6 NTV).

Confiar es lo mismo que la fe; es creerle a Dios creyendo Su Palabra. La base de la confianza está en la Palabra. La fuente de tu confianza en la Palabra de Dios estriba en si Verdaderamente CREES que la Biblia es la Palabra de Honor de tu Dios y Padre.

La Biblia NO es un libro de religión ni un tratado de teología. La Biblia es la Eterna e Infalible Palabra de Dios.

Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios (1 P 1.23 NTV).

¡La Palabra de Honor de Dios está Viva y permanece para siempre!

De hecho, Jesús lo expresó muy claramente al afirmar: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Luc 21.33).

Estas singulares características de la Biblia, que sea la Palabra de Dios, que siempre se cumpla y que permanezca para siempre, la hacen ser La Verdad y por lo tanto, TOTALMENTE confiable.

No en vano, de acuerdo a la Palabra de Dios que NO puede mentir, el secreto de tu felicidad se basa exclusivamente en tu confianza en Dios y no en ninguna otra cosa.

Jehová de los ejércitos,  Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).

Quizá en este momento estés pensando: -Riqui Ricón, todo esto ya lo sé. Yo creo que la Biblia es la Palabra de Dios y confío plenamente en Él. ¡Excelente, entonces! Pues tú eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra, ya que sabes, sin lugar a dudas, que Dios, tu Padre está contigo; y si Dios está contigo, ¿qué problema, angustia o enfermedad puede prevalecer contra ti?

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).

Eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra ya que, a pesar de que enfrentes tribulaciones y aflicción, gozas de una Paz que sobrepasa todo entendimiento pues confías plenamente en Aquel que ha vencido al mundo y que ahora es tu Señor, Salvador y Hermano Mayor.

Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo (Jn 16.33 NTV).

Tú eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra puesto que has vencido a todos los que se levantan contra ti, criticando tu vida y deseándote toda clase de mal. A todos esos enemigos tuyos los has vencido, apoyándote solamente en Dios, tu Padre, quien vive en ti y contigo.

Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).

Eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra porque no existe problema, angustia o enfermedad que te pueda vencer.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).

Tú eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra ya que, de cualquier calamidad que esté afectando al mundo, Dios, tu Padre, ha empeñado Su Palabra en que te protegerá de todo mal.

El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra;  Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás;  Hollarás al cachorro del león y al dragón (Sal 91.3.13).

Eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra porque estás plenamente convencido(a) que tu nueva vida como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios. Por lo tanto vives tu vida en plenitud, sin el más pequeño vestigio de temor alguno.

Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y viviente palabra de Dios (1 P 1.23 NTV).

Tú eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra puesto que cualquier enfermedad o dolencia que te quiera afectar haciendo algún tipo de demanda sobre tu cuerpo, ¡YA fue pagada!

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;(C) y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isa 53.4-5).

En fin, eres el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra ya que el Único y Todopoderoso Dios ha declarado que tú eres legal y legítimamente un(a) amado(a) Hijo(a) Suyo.

Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él (1 Jn 3.1 NTV).

¿Cómo podrías NO SER el hombre (o la mujer) más feliz de la tierra si tienes la Vida resuelta?

-Bueno Riqui, yo sé que todo esto que escribes es Palabra de Dios y que es la Voluntad de Dios y es La Verdad, pero…

No te preocupes. Entiendo perfectamente. Sin embargo, en este día, tú y yo, como Pablo, SÍ podemos afirmar:

No, hermanos, todavía no soy como debo ser; pero, eso sí, olvidando las cosas que voy dejando atrás y mirando a lo que está delante, procuro alcanzar la meta y recibir el premio celestial al que Dios me ha llamado por medio de Cristo Jesús (Fil 3.13-14 CST).

Y aunque ciertamente no pretendemos haberlo ya alcanzado, lo que SÍ debes saber y sobre todo creer, es que para esta empresa, para vivir la Vida Plena y Abundante que Jesucristo compró para ti, necesitas FE. Y la única fuente de FE que existe en este mundo es la lectura y la meditación de la Biblia.

Porque la fe viene cuando se escucha con atención el mensaje que predicamos acerca de Jesucristo (Ro 10.17 CST).

Lo que este día debes saber y CREER, es que la clave de tu existencia en este mundo, el secreto para recibir el premio celestial al que Dios te ha llamado, la única forma en que puedes tú buscar el reino de Dios y su justicia para que todo lo demás te sea añadido, ES haciendo de la Biblia, la Palabra de Honor de Dios, la Norma Máxima de tu existencia.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Si puedes creerle a Dios creyendo Su Palabra, porque al que le cree a Dios creyendo Su Palabra TODO le es posible.


Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, este día quiero darte las gracias por Tu Palabra, La Biblia. Gracias porque Tú eres cien por ciento confiable y puedo creer todo lo que me dices. Gracias porque el confiar en Ti produce en mí un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; una certeza y una paz en que, sea cual sea la situación, enfermedad o aflicción que esté enfrentando el día de hoy, yo saldré más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Cristo Jesús. Gracias por las Palabras de Bien y no de mal que has hablado acerca de mí. Gracias porque Tú, Altísimo Dios, estás conmigo, ¿quién estará contra mí? Gracias, Señor Jesús, porque Tú has vencido al mundo y Tus Palabras de Verdad me dan Paz. Gracias, Espíritu Santo, porque mayor Eres Tú, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Gracias, Abba, Padre, porque Tú me proteges de todo mal. Gracias porque me has dado Vida Eterna. Gracias, Señor Jesús, porque Tú llevaste mis enfermedades y sufriste mis dolores, y por Tus heridas yo YA fui sanado(a). Gracias porque ha pesar de como yo fui, Tú me diste Vida juntamente con Cristo y me hiciste un(a) legítimo(a) Hijo(a) Tuyo. Señor mi Dios, estoy plenamente convencido(a) que todas y cada una de Tus Promesas son en mí, sí y amén. Por lo tanto,  me someto a Ti, mi Padre, me someto a Tu Palabra. Resisto a Satanás y a sus mentiras, y éste tiene que huir de mi vida. No recibo ni la duda, ni el temor, ni la enfermedad, ni la pobreza, ni la angustia, ni la depresión. Creo en Tu Palabra de Honor y declaro con todo mi corazón que yo, ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! Gracias porque tengo la Vida resuelta. Gracias por tanto y tan grande Amor. En el nombre de Jesús. Amén.

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Agosto 26                                          Jn 6.60-71  /  1 Cr 25-26   Zac 11




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