21 de Enero
¡Con gozo, creyéndole a
Dios, creyendo Su Palabra!
Por Riqui Ricón*
¡Cuánto se alegra el rey en tu fuerza, oh SEÑOR! Grita de alegría porque
tú le das la victoria (Sal 21.1NTV).
¡Realmente asombroso!
Así es, asombroso es la palabra que viene a tu mente cuando lees y meditas lo
que la Palabra de Dios dice hoy acerca de ti. Porque efectivamente, Dios está
hablando acerca de ti en Su Palabra. Tú
eres ese rey (reina) que se alegra en la fuerza del Señor y que puedes dar
gritos de alegría pues Dios ya te ha dado la victoria.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó (Ro 8.37).
Por medio de
Cristo Jesús, por medio de Su muerte y resurrección, Dios te ha declarado a ti
más que vencedor(a) sobre cualquier problema, angustia o enfermedad que estés
enfrentando el día de hoy.
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo,
sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5.4-5).
Tú eres
un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y por eso, por lo que Jesús hizo en la
cruz al morir para pagar tus pecados y resucitar venciendo a la muerte para
darte la Vida Eterna, por eso tú has vencido al mundo y su sistema de
enfermedad, fracaso y muerte, juntamente con Cristo Jesús.
Tú vences
cada día al creerle a Dios, creyendo Su Palabra. Tú vences al creer que la
Biblia es la Palabra de Dios y al aplicarla sobre cada circunstancia adversa en
tu vida.
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y
de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho
para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9-10).
Por la
Sangre de Jesús, ¡Tú eres ese rey (reina) que ha de reinar sobre la tierra! Por
tanto, alégrate en la fuerza del Señor. Y, ¿cuál es la fuerza del Señor? No son
sus músculos, ni sus ángeles, ni sus truenos y relámpagos; ¡la fuerza del Señor
es Su Palabra!
Así que,
alégrate en la Palabra del Señor. Da gritos de alegría, porque por la Palabra
de Dios obtienes la victoria sobre cualquier circunstancia.
Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas. Llegará
el día en que te traeré de regreso a esta tierra. No te dejaré hasta que haya
terminado de darte todo lo que te he prometido» (Gen
28.15 NTV).
La promesa
que Dios le hizo a Jacob allá en Betel, sigue vigente y está actualizada con tu
nombre. Al comenzar un nuevo año o un nuevo proyecto, al enfrentar cualquier
reto, angustia, problema o enfermedad, ¡Dios está contigo y te protegerá
dondequiera que vayas!
De hecho, el
Todopoderoso ha comprometido Su Palabra en que no te dejará hasta que haya
terminado de darte TODO lo que te ha prometido. Estas son muy buenas noticias.
Noticias excelentes que te permitirán posicionarte como el verdadero(a)
campeón(a) que ahora tú eres: ¡Ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo
destinado a reinar sobre la tierra!
Pues si por la transgresión
de uno solo reinó la muerte, mucho
más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben
la abundancia de la gracia y del don de la justicia (Ro 5.17).
Este día,
¡alégrate en la fuerza del Señor! ¡Da gritos de júbilo pues este año vas a
reinar en vida!
Y si piensas
acaso que esto no es para ti por causa de tus transgresiones y pecados ocultos,
entonces pon mucha atención a como lo expresa Dios en la Nueva Traducción
Viviente:
Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos. Pero
aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia,
porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un
solo hombre, Jesucristo (Ro 5.17 NTV).
Por el
pecado de un solo hombre, Adán, la muerte reinó en tu vida; pero por la
maravillosa Gracia de Dios y el regalo de Su justicia, ahora tú puedes vivir en
victoria sobre el pecado y la muerte por medio de tu Salvador, Cristo Jesús.
Porque la paga
del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro (Ro 6.23).
Ciertamente
la paga del pecado es muerte más el regalo que Dios te dio es la Vida Eterna,
la cual es un atributo de la divinidad y por lo tanto sólo la puede tener un(a)
auténtico(a) y genuino(a) Hijo(a) de Dios.
Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los
que están en Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme
al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en
Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.1-2).
Es
precisamente tu identidad de Hijo(a) de Dios por medio de Jesucristo lo que te
permite reinar con plena libertad pues el asunto del pecado fue resuelto en esa
cruz de una vez y para siempre.
Miren con cuánto
amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos!
Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo
conocen a él (1 Jn 3.1 NTV).
¡Posiciónate!
Tú eres un(a) legítimo(a) y genuino(a) Hijo(a) de Dios. Eres amado(a) de tu
Padre y estás destinado a reinar sobre las aflicciones. Problemas y
enfermedades. Si puedes creer la Palabra de Dios, pues al que le cree a Dios
TODO le es posible.
Pues le diste el deseo de su corazón; no le has negado nada de lo que te
ha pedido. Le das la bienvenida con éxito y prosperidad; le colocaste una
corona del oro más puro sobre la cabeza. Te pidió que le preservaras la vida, y
le concediste su petición; los días de su vida se alargan para siempre. Tu
victoria le da mucha honra, y lo has vestido de esplendor y majestad. Lo has
dotado de bendiciones eternas y le has dado la alegría de tu presencia. Pues el
rey confía en el SEÑOR; el amor inagotable del Altísimo cuidará que no tropiece
(Sal 21.2-7 NTV).
Oremos en
voz audible:
Amado Padre
celestial, qué hermoso es saber que a pesar de las aflicciones, problemas,
enfermedades y aún de mis pecados, en Ti, en Tu Amor, tengo la Gracia para
salir más que vencedor(a) de cualquier circunstancias. Gracias por tanto y tan
Grande Amor. Señor Jesús, por lo que Tú hiciste al morir y resucitar por Amor a
mí, pagaste todos mis pecados y ahora he nacido de nuevo como un(a) Hijo(a)
Amado(a) de mi Padre celestial. Estoy en este mundo para reinar como un(a)
legítimo(a) Hijo(a) del Todopoderoso Dios. Por lo tanto, tomo autoridad sobre
mis circunstancias, me someto a Dios y a Su Palabra, resisto al diablo y éste
tiene que huir de mí. No acepto el temor, ni la depresión, ni la angustia, ni
la enfermedad, ni la escasez, ni la pobreza, ni el rencor, ni la decepción, ni
el fracaso, ni la derrota. Por el contrario, yo, ____________ (tu nombre aquí),
sobre todas estas cosas soy más que vencedor(a) por medio del Amor de mi Rey,
Señor y Salvador, Cristo Jesús. Creo y declaro que soy sano(a) de cualquier
enfermedad. ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
21 Luc 16
/
Gen 27.46-28-22 / Sal 21
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